Cuidadores de personas con dependencia

Los cuidadores no profesionales son aquellas personas que asumen la responsabilidad de cuidar a un familiar o ser querido que padece una discapacidad, enfermedad crónica o dependencia. Este rol a menudo se otorga sin ningún tipo de formación previa y puede ser intenso, exigente y abrumador, afectando profundamente la salud mental del cuidador.

¿Qué es un Cuidador/a No Profesional?

Los cuidadores no profesionales son aquellas personas que asumen la responsabilidad de cuidar a un familiar o ser querido que padece una discapacidad, enfermedad crónica o dependencia. Este rol a menudo se otorga sin ningún tipo de formación previa y puede ser intenso, exigente y abrumador, afectando profundamente la salud mental del cuidador.

Es común que los cuidadores no profesionales experimenten una serie de sentimientos y emociones a medida que asumen esta responsabilidad. Algunas de las emociones más comunes incluyen:

Ansiedad: La preocupación constante por el bienestar del familiar puede generar ansiedad. Los pensamientos obsesivos y el miedo por el futuro son comunes en este contexto.

Culpa y Resentimiento: Sentimientos de culpa por no ser lo suficientemente buenos cuidadores o por sentir resentimiento hacia la persona dependiente pueden ser graves. Estas emociones pueden ser difíciles de manejar.

Soledad: Los cuidadores pueden sentirse aislados y solos a medida que dedican la mayor parte de su tiempo y energía a su familiar dependiente. La falta de apoyo social puede empeorar esta sensación.

Agotamiento: El estrés crónico y la falta de tiempo para el autocuidado pueden llevar al agotamiento físico y emocional.

Cuando estos síntomas se vuelven tan intensos y abrumadores que generan una afectación excesiva en la persona, se conocen como «Síndrome del Burn Out del Cuidador». Este síndrome se caracteriza por un estado de agotamiento físico y emocional extremo que se produce como resultado de las elevadas demandas emocionales y prácticas asociadas a la tarea de cuidar.

TERAPIA PSICOLÓGICA PARA CUIDADORES NO PROFESIONALES EN BADALONA Y BARCELONA: CUIDAR AL CUIDADOR

Es fundamental que los cuidadores no profesionales reconozcan sus propias necesidades y busquen ayuda cuando la necesiten.

En el espacio terapéutico acompañamos a las personas cuidadoras para ofrecer el apoyo emocional necesario para afrontar la tarea de cuidado y el malestar emocional que conlleva. Trabajando las estrategias y herramientas necesarias para fomentar el propio Autocuidado.

Evaluación: En terapia, comenzamos con una evaluación completa para comprender las causas, los factores desencadenantes y mantenedores del malestar emocional que presenta la persona. Esta comprensión es fundamental, tanto para conocer a la persona con la que trabajamos como para entender el funcionamiento de esta sintomatología en cada persona y enfocar el tratamiento de la forma más efectiva.

Fomentar el Autocuidado de la propia persona: Encontrar un equilibrio entre sus responsabilidades de cuidador y su propia vida. Buscando espacios y momentos para uno mismo, llevando a cabo actividades y recursos que permitan la desconexión, la activación y el bienestar emocional.

Buscar Apoyo Social: Trabajaremos para poder solicitar el apoyo necesario en la tarea de cuidado a fin de compartir la responsabilidad. Buscar apoyo profesional o no profesional para obtener un poco de ayuda es fundamental para aliviar a la propia persona.

Mejorar las habilidades de comunicación: Con estrategias de comunicación asertiva, estableciendo límites y potenciando la comunicación más efectiva.

Técnicas para reducir la Ansiedad y la sintomatología: Con técnicas de relajación y meditación fomentaremos la reducción de la activación fisiológica, promoviendo una mayor calma y serenidad.

Estrategias cognitivas para poder relativizar la forma en que afrontamos las situaciones y lograr un estilo de pensamiento más funcional, que no añada ansiedad y dramatismo, sino que permita afrontar las situaciones de manera más adaptativa.

Trabajo emocional más profundo para comprender y gestionar aquellos aspectos relacionados con el vínculo y con la historia de cuidado que afectan de una manera más compleja, con más matices en la tarea de apoyar al familiar.

El cuidado de un familiar es una tarea que, aunque bonita  y reconfortante en muchos momentos, también puede ser abrumadora y agotadora, afectando en muchos niveles la vida de las personas que lo experimentan.